¡Hola! Wow, cuánto tiempo sin actualizar.. ¡LO SIENTO! Se que no tengo perdón, pero 3 factores impidieron que subiera capitulo: 1) Compu descompuesta 2) Muchísima tarea 3) Es una razón estúpida, lo se, pero el mismo dia que publiqué el ultimo cap, me enteré de la barba de Bill... haha!! Si, estoy super atrasadísima con las noticias de Th, lo se, pero es que.. ay, en lo personal no me gustó ese look D: ojalá y se rasure jum! ¬¬ intentaba pensar en su bello rostro y escribir y de repente le salía una.. ¡BARBA! D: waaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa no me gustó ¬¬ pero en fin.. aquí me tienen haciendo un esfuerzo y bueh... espero que les guste el cap vale??? Muchísimas, muchísimas gracias por sus comentarios... ¡ARIGATO GOSAIMAS! :DDDD Sus comentarios me alimentan n.n bueno chicas, espero que les guste el cap y ¡No te preocupes Maria! Bill va a salir.. ;D haha... bien, me voy, besos bye!!
Grito 7 Noche 3 Love like Winter «Amigo»
Estando en mi habitación más tarde, me puse a reflexionar sobre lo que había ocurrido, mis sentimientos, y ese lobo… ¿Por qué no me atacó? ¿Por qué le gustó la música? No lo sé… pero de lo que sí estoy segura, es de que lo volveré a ver… lo prometo, lo volveré a ver…
- - - - - - - - - - - -
A la mañana siguiente, fue 24 de diciembre… Navidad. Era una fecha empalagosamente bella, digo, que toda la familia esté junta, engordando con platillos exquisitos es algo… adorable.
Adam y yo nos encargamos de poner el pinito con todo y las esferas. Nos llevamos nuestros buenos regaños por quebrar algunas –ejeemmmmm- pero como todo es felicidad, ¿Para qué perder el tiempo en regaños?
El panorama era tan cálido, tan divertido, tan colorido, tan, tan… navideño que, con nuestros cantos, música, anécdotas, juegos de mesa y un enorme pavo, aquella noche fue mágica, e incluso logró que me olvidara por completo que estaba nevando allá afuera, que hacía frío y que mi vida no era tan bella…
Ese día y el 25, cayó una nevada inolvidable… tanta fue su fuerza, que impidió que saliera esos dos días, obligándome a quedarme en la cabaña a escuchar música con Adam, leer y jugar con él.
En fin, aquella noche, la del 25, a media noche me pareció haber escuchado un aullido lejano… el lobo…
Me levanté de la cama y caminé hacia el balcón.
Adam había dejado en mi habitación sus binoculares, los cuales tomé para ver a la distancia…
No tan lejos, logré distinguir la delgada figura de ese lobo negro… oh… lobito…
Coloqué mis manos en mi corazón y bajé los binoculares… debía salir al día siguiente, debía hacerlo, y debía llevarle un regalo…
- - - - - - - - -
Aquella tarde, después de la comida, me escabullí de la cabaña y salí de nuevo con la flauta en busca del lobo.
Caminé de nuevo a través de los árboles, recordando el camino por donde me había conducido Adam… era un poco difícil orientarse por la nieve y la gran cantidad de árboles, pero de todas maneras, pude seguir y encontrar el camino…
Volví a sentir aquella emoción, el frío y la frescura en mis venas, la nieve en mi piel, y las leves quemaduras en las mejillas… disfrutaría de tocar la flauta nuevamente, pero esta vez, lo que más anhelaba, lo que realmente era mi objetivo, era encontrar de nuevo al lobo…
Me senté con cuidado contra un árbol, de hecho, me parece que el mismo de aquel día, y volví a tomar mi flauta, me la llevé a los labios y comencé a entonar una bella melodía, distinta a la del otro día…
Me volví a concentrar, tratando de hacerlo lo más bello posible… quería llamar su atención, era un reto que yo me proponía…
Cerré los ojos y me volví a hundir en la música, hasta que los abrí nuevamente y ¡Oh, sorpresa! El lobo estaba sentado en frente de mi…
Grito 7 Noche 3 Love like Winter «Amigo»
Estando en mi habitación más tarde, me puse a reflexionar sobre lo que había ocurrido, mis sentimientos, y ese lobo… ¿Por qué no me atacó? ¿Por qué le gustó la música? No lo sé… pero de lo que sí estoy segura, es de que lo volveré a ver… lo prometo, lo volveré a ver…
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A la mañana siguiente, fue 24 de diciembre… Navidad. Era una fecha empalagosamente bella, digo, que toda la familia esté junta, engordando con platillos exquisitos es algo… adorable.
Adam y yo nos encargamos de poner el pinito con todo y las esferas. Nos llevamos nuestros buenos regaños por quebrar algunas –ejeemmmmm- pero como todo es felicidad, ¿Para qué perder el tiempo en regaños?
El panorama era tan cálido, tan divertido, tan colorido, tan, tan… navideño que, con nuestros cantos, música, anécdotas, juegos de mesa y un enorme pavo, aquella noche fue mágica, e incluso logró que me olvidara por completo que estaba nevando allá afuera, que hacía frío y que mi vida no era tan bella…
Ese día y el 25, cayó una nevada inolvidable… tanta fue su fuerza, que impidió que saliera esos dos días, obligándome a quedarme en la cabaña a escuchar música con Adam, leer y jugar con él.
En fin, aquella noche, la del 25, a media noche me pareció haber escuchado un aullido lejano… el lobo…
Me levanté de la cama y caminé hacia el balcón.
Adam había dejado en mi habitación sus binoculares, los cuales tomé para ver a la distancia…
No tan lejos, logré distinguir la delgada figura de ese lobo negro… oh… lobito…
Coloqué mis manos en mi corazón y bajé los binoculares… debía salir al día siguiente, debía hacerlo, y debía llevarle un regalo…
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Aquella tarde, después de la comida, me escabullí de la cabaña y salí de nuevo con la flauta en busca del lobo.
Caminé de nuevo a través de los árboles, recordando el camino por donde me había conducido Adam… era un poco difícil orientarse por la nieve y la gran cantidad de árboles, pero de todas maneras, pude seguir y encontrar el camino…
Volví a sentir aquella emoción, el frío y la frescura en mis venas, la nieve en mi piel, y las leves quemaduras en las mejillas… disfrutaría de tocar la flauta nuevamente, pero esta vez, lo que más anhelaba, lo que realmente era mi objetivo, era encontrar de nuevo al lobo…
Me senté con cuidado contra un árbol, de hecho, me parece que el mismo de aquel día, y volví a tomar mi flauta, me la llevé a los labios y comencé a entonar una bella melodía, distinta a la del otro día…
Me volví a concentrar, tratando de hacerlo lo más bello posible… quería llamar su atención, era un reto que yo me proponía…
Cerré los ojos y me volví a hundir en la música, hasta que los abrí nuevamente y ¡Oh, sorpresa! El lobo estaba sentado en frente de mi…
Me miraba directamente, sereno, con una expresión de admiración o atención.
No contuve esbozar una amplia sonrisa y comencé a meter mi mano al bolsillo de mi abrigo, donde traía su “regalo”. De un envoltorio de papel estaño, saqué una pierna de pavo y se la aventé.
La pierna cayó en la fría nieve, justo en frente de él. Él me miró desconfiado y comenzó a mostrar sus afilados dientes, gruñéndome… oh, ¿Y si había sido una mala idea aventarle comida? ¿Qué hago? ¿Qué hago? ¿Si toco con la flauta se tranquilizará?No contuve esbozar una amplia sonrisa y comencé a meter mi mano al bolsillo de mi abrigo, donde traía su “regalo”. De un envoltorio de papel estaño, saqué una pierna de pavo y se la aventé.
Volví a tomar la flauta y comencé a tocar de nuevo. A medida de que salían las notas del delgado instrumento, el lobo dejaba de gruñir y se acercaba al pavo.
Poco a poco, lo tomó con la punta de sus dientes, hasta devorarla por completo, se veía satisfecho, alegre.
Me lanzó una mirada fugaz y salió corriendo entre los árboles, dejándome sentada como la vez pasada…
No lo contuve más y salí corriendo hacia la cabaña llena de felicidad, emocionada ¡Wow! Jamás creí acercarme de esa manera a un lobo, éste debe ser mi día de suerte ¡Debe de serlo!
Llegué a la cabaña muy entusiasmada, llena de felicidad, pero a la vez, no se… con un poco de miedo, era algo asombroso, algo que no olvidaría nunca.
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A la mañana siguiente, ahora después del desayuno, tomé la flauta del buró y bajé las escaleras.
Cuidaba de que nadie me viera, me podían regañar o reclamar o… no se, castigarme.
Caminé sigilosamente hacia la puerta, cuando me topé con la figura de Adam en frente de mí.
-¿A dónde crees que vas? –Reclamó un tanto molesto, recargado en la puerta de madera, mirándome con celos-
-Ah… ya sabes, Adam, voy a tocar la flauta ¿Algún problema?
-Según tú te vas aproximadamente una hora… el otro día conté el verdadero tiempo que tardas y son 3 horas libres… 3 horas que pudiste pasar con nosotros y las desperdicias… -Comenzó a caminar alrededor de mi mientras hablaba-
-Oh, vamos… son tres horas de 24… no es mucho, estás exagerando...
-¿Exagerando? ¿Crees que estoy exagerando? Te vas estratégicamente para volver en la comida, eres la ultima en irte de la mesa y te recuestas toda la tarde… viene la cena y no estás conmigo, pues te vas a dormir o a ver el balcón… ¿Qué tanto haces allá afuera?
-Nada malo, Adam, además, ¡Claro que estoy contigo! Casi todo el día estoy contigo, yo también merezco privacidad, así que dame permiso –Le empujé y comencé a caminar hacia la puerta-
-A mí se me hace que ocultas algo, Lea… ¡Tu tienes algo!
-¡Como tu digas! ¡Yo se que no es cierto, así que me voy!
Di el portazo y me dirigí al árbol de siempre, me senté en la nieve y comencé a tocar la flauta, esperando a que el lobo viniera…
Toqué, toqué y toqué hasta relajarme en un punto máximo… me recosté en el tronco y cerré los ojos poco a poco, quedándome casi dormida…
Estuve a punto de dormirme, cuando me encontré a un metro de distancia del lobo… más cerca que nunca…
-Lobo… -Susurré mirándolo melancólicamente…- ¿Lobito… que traes en tu trompita…? –Pregunté al mirar que de sus fauces colgaba un conejito muerto, que él había cazado-
Él se me quedó mirando unos instantes muy seriamente, hasta que se fue acercando poco a poco, dejando las huellas de sus patas impregnadas en la nieve…
Cuando llegó a mis pies, soltó delicadamente el conejo y con su nariz lo empujó hacia mí, entregándomelo como regalo…
-¿Lo cazaste… para mí? –Pregunté totalmente halagada, tomando el conejo y observando sus manchitas de sangre…-
Me encontraba ya cara a cara con mi amigo… si, era mi amigo, ya lo consideraba cómo tal…
Alcé mi mano para acariciarlo lentamente, sintiendo como la sangre fluía por mis venas, quería acariciarlo, abrazarlo, pero él me miró hurañamente y se negó, retrocediendo rápidamente.
-Oh… lobo lobito… así te pondré, amigo… tú eres Lobo lobito… -Su expresión huraña no cambiaba- ay… veo que todavía no te puedo tocar, pero quiero agradecerte por el lindo detalle… muchas gracias, lobito… muchas gracias…
Él se dio la vuelta y salió corriendo entre los árboles. Antes de perderlo totalmente de vista, se dio la vuelta para mirarme con ternura.
Levanté la mano para decirle adiós con ésta y así poder desaparecer entre los árboles.
Todo iba bien, mágico, hasta que a lo lejos distinguí otra figura negra y delgada, parada encima de un risco, quién me miraba furiosa… era otro lobo…
Aquel lobo extraño, corrió furioso en contra de mí, gruñendo y mirándome ferozmente.
Tanta fue mi impresión, que me quedé en ese mismo lugar, no me dio ni tiempo de correr, apreté los ojos esperando la mordida y los rasguños, cuando, el lobo amigo llegó corriendo y aventó al otro contra un árbol.
Se empezaron a enfrentar, rasguñándose y dejando las gotas de sangre escurriendo en la nieve blanca.
Me paré totalmente espantada y con la tensión en la piel. Pensé en quedarme y ver la forma de defender a mi amigo, pero ¿CÓMO? Yo, débil humana ¡No! Debía salvarme a mí misma, aun que mi amigo, pero…
Con las manos en la cabeza de la desesperación, salí corriendo entre los árboles, huyendo de esa batalla, trayendo el conejo en mis manos…
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Entré a la cabaña espantada, con los ojos casi saliéndose de mis órbitas, sin siquiera darme cuenta de que toda la familia estaba reunida en la sala.
-¿Qué sucedió, Lea? –Preguntó el Sr. Schmidit-
-Nada, Señor, nada… estoy bien… -Intentaba tranquilizar mi respiración, pues estaba muy agitada por el susto y por correr-
-¿Nada? ¿Entonces por qué vienes así?¿Qué traes entre las manos?
-Ah, nada… un regalo de…
-¿De quién? –Interrumpió Adam-
-De la Naturaleza…
-¿De la Naturaleza? Oh, vamos… -Interrumpí-
-¡Yo me entiendo! ¡Con permiso!
No me importó ser grosera, en este instante no valía la pena… además, el día siguiente sería año nuevo y ¡ARRRRRRRRG! Dejé a mi lobito…
Me recosté en la cama de golpe y se me escurrieron las lágrimas de los ojos… ¡dejé a mi lobo! ¡LO DEJÉ! La conciencia me mataba…
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Ya había pasado el año nuevo… era primero de enero y yo tenía miedo. ¿Qué habrá pasado con mi amigo? Tenía que salir a verlo, tenía que salir, pero… ¿Y si ese lobo o loba volvía a salir? ¿Alguien había muerto? Oh… no sabía que hacer.
Después de meditarlo a la perfección, decidí salir al lugar de siempre aun que Adam se enojara, ahora eso era lo que menos importaba…
Decidida, tomé la flauta y repetí la rutina.
Estuve esperando y tocando 2 horas, me lo marcaba el reloj. Esperé en silencio una media hora más y recostada esperé otra hora más. Mi lobo no llegaba…
Nuevamente las lágrimas se comenzaron a salir de mis ojos… había hecho mal en dejarlo, ahora él… ha de estar herido, enojado o… quizás… muerto…
Rendida y desolada, bajé la cabeza y me puse de pie… no me quedaba más que ir a la cabaña y llorar pasa desahogarme.
Me recargué en el árbol y di unos cuantos pasos débilmente, intentando mantenerme en pie, cuando escuché una voz que me interrumpió:
-¿Por qué te vas? –Ladeé un poco a la cabeza para ver a la persona y los ojos se me abrieron como 2 enormes ruedas al descubrir la belleza de tal personaje…-
continuara....
- - - - - - - - - - - - - - - - - - - - PRÓXIMA NOCHE - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - - -
Grito 7 Noche 4 Love like Winter «Desconocido»
It’s in the blood, it’s in the blood I met my love, before I was born She wanted love, I taste of blood
3 comentarios:
aahhh!!!
EMOCIONANTE!!!
x q me dejas asi ay no
es bill no tiene q ser el o tom
a no se
bueno saludos
Pobree lobitoo ojala no le alla pasado nada malo..
Hay kien seraa esa personaaa... xD
Ya kiero sabeerr
Maria
*O* lo ameeeeeeeeeeee!!
mui buen capi!...io creo q db ser bill...supongo...xb
ya qiero el otrooo!!
salu2
Kriss
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