domingo, 26 de junio de 2011

Grito 10 Blasphemy «Beso»

¡Hola! ¿Como están, mis queridas? Lamento muchísimo la espera.. les prometo que no volverá a pasar... perdón por tardar más de una semana pero he estado muy, muy, muy ocupada en este fin de curso... llego MEGA cansada a mi casa y prefiero quedarme escuchando música a escribir.. me da harta PEREZA pero osh, esa no soy yo D: entonces ya me di unas cachetadas y he decidido volver a publicar n.n espero con ansias que les guste este último grito a pesar de lo cursi que es... bien chicas, agradezco sus comentarios.. de no ser por ustedes, en este momento terminaria todo, pero veo que realmente gustan de Ink Angel, entonces haré mi mayor esfuerzo, puesto que mi cerebro está bien seco... además, todo mi juguito se lo ha absorbido mi segundo dios (A parte de Bill) haha.. pero de eso hablaremos más tarde n.nU Pido una disculpa por lo corto que está y, bueno, el epilogo vendrá más tarde, espero que les guste...
De nuevo les doy mis más sinceras gracias y me despido... espero que la música nuevamente no les moleste y que disfruten. Cuidense, besos, bye...
P.D.1. Mil gracias María por hacer caso a mi petición... me han sido muy útiles tus fotos. Gracias n.n
P.D.2. ¿En donde te haz metido, Yazz? Te extrañamos.. ¿Por qué no haz publicado?

Grito 10 Blasphemy «Beso»

La noche es muy fría, por poco y nieva. Las hebras de viento cristalino me envuelven poco a poco y quebrantan mis frágiles huesos, tronándolos… rompiéndome.
Las calles están vacías, solitarias y muertas.
¿Quién se atrevería a vagar por un callejón siniestro a estas horas de la noche? Donde las tinieblas arrastran tu cuerpo y lo vuelven cenizas. Nadie.
Todo el pueblo prefiere quedarse frente a su fogata, tomar leche caliente y narrar cuentos de hadas. La gente es alegre, es feliz, entonces… ¿Por qué yo no?
Yo no puedo gozar de una cálida casa… de un padre y una madre que velen por mi bienestar, que todo el día estén a mi lado y me den consejo cuando necesito de él….
Bueno, en realidad no debería quejarme, puesto que mi lugar es mucho mejor que el de cualquier humano…
Estoy segura de que varios darían su vida por estar en mi puesto; tener el acceso de poder volar, sanar y jugar en el cielo… tener una vida pura, blanca, sin vicios, estar al lado de mi padre y Jefe, y no tener ningún pecado…
Éste último beneficio, también es una regla. Nunca debes pecar… ¡eso es cosa de humanos! Ensuciarte con las tentaciones del mal… ¡Vaya blasfemia! Serás expulsado inmediatamente del cielo y castigado por las fuerzas divinas, sin ningún tipo de absolución.
A pesar de que mi padre es infinitamente bueno, cuando alguien comete algo malo, tiene que castigar.
Pero es que… nadie me comprende.
Por esto mismo, necesitaba un tiempo de reflexión, un lugar en donde meditar lentamente mis desgracias. Un lugar vacío, donde no hubiera nadie recordándome lo mal que me iría si continuaba con esto. Necesitaba un lugar donde pudiera derramar mis lágrimas sin que nadie me viera.
Lentamente, me envuelvo en mi blanco vestido y recuesto mis platinos cabellos sobre mis piernas, encima de un tejado.
Cerré con cuidado mis cansados ojos y pretendí dormir para emprender un dulce sueño y alejarme de la realidad.
Un dulce y prohibido sueño, donde por fin pudiera caer en sus frías garras sin ser juzgada. Un sueño formado de recuerdos a su lado… aquellas noches en el fuego, en el pecado… en el que conocí lo que era amar y ser amada. En el que conocí los besos, las caricias, los... bueno, me da pena deciro pero... los orgasmos y... todo respecto al amor.
Frustrada, volví en sí y me encontré nuevamente sola, observada sólo por la luna, que se burlaba de mis deseos…
-Bill… -Susurré su doloroso nombre, aquel que siempre me enterraba espinas, que siempre me hería.
Recargué mi cabeza hacia mis rodillas y lloré escandalosamente, liberando todo mi dolor oculto. Ya no resistía más esa tortura, debía terminar con mi sufrir ya...
-¿Por qué lloras? –Su voz retumbó en mi cabeza. Era el momento más apropiado pero a la vez más inoportuno para toparme con él… precisamente con él… creo que no debí hacer tanto ruido…-
-Por nada… -Ladeé la mirada y me decidí a no verlo. Me ardía tanto la cara de vergüenza que no tenía el valor de enfrentarlo.-
-Ángela… siempre tan preocupada… -Localicé su delgado cuerpo recargado en la casa de enfrente. De inmediato, volví a cubrir mi rostro-
-Déjame sola… -susurré-
-¿Qué dices? –Sentí su presencia junto a mí.-
Violentamente, retiré todas las lágrimas de mi rostro, y lo miré.
Le observé de reojo, y noté que se encontraba como siempre, con una sonrisa burlona en sus labios.
Sus ojos, me penetraron hasta las entrañas, estremeciéndome con ese bello color negro, que me hace temerle, que me aferra más a él.
-Eres tan irreverente… -Comenté viendo sus vestiduras- ¿Lo que traes es una chamarra de cuero? ¿Dónde haz dejado tu uniforme? Te van a castigar por andar… -Silenció mi regaño con un fugaz beso de 2 segundos, que inmediatamente me estremeció, dejando mi piel ruborizada- Bill… no hagas eso… -Me quejé nuevamente, dando un golpecito en su hombro-
-¿Por qué no? La semana pasada me comías a besos y ahora…
-Y ahora… he tomado… una dolorosa decisión… -Busqué presurosa sus manos y las tomé con delicadeza, dirigiéndome a él seriamente, pero con rasgos de sufrir en mis ojos-
-¿Cuál es tu decisión? No planeas dejarme… ¿Verdad? –Sus ojos se comenzaron a tornar color carmesí, con un lejano brillo rosa.-
Todo mi cuerpo tembló al notar esa expresión tan furiosa, que a pesar de que estaba segura de que no me lastimaría, daba miedo…
-Bill… no hagas esto más difícil, reflexiona…
-¿Qué reflexiono? ¿Qué a pesar de todo lo que te he dado y enseñado me vas a dejar arrumbado como un muñeco roto? –Reclamó opacando sus ojos, en una expresión más triste que agresiva-
-No, Bill, es que no quiero que alguien salga herido…
-Lo dices por tu propio bien… vas a ser castigada, tienes miedo… tienes miedo a sentir lo que es una verdadera pasión… -Apretó mis manos y se acercó peligrosamente a mi boca-
-No, n-no es eso… y-yo… tengo miedo de que algo malo te pase a ti… tu padre es muy malo, tiene una fama terrible, es el más temido y no tendría ni un poco de consideración, te haría polvo con tan solo chasquear los dedos o con soplarte un poquito… te mataría y yo… yo no soportaría eso… además, estás traicionando a tus compañeros, a tu ejército… -Interrumpió-
-¿Y crees que ellos me interesan?... –Interrumpí indirectamente, ladeando la cabeza-
Aquel amante tan dulcemente insistente, comenzaba a colmar mi paciencia con sus halagos y su poco razonamiento.
-Bill… yo… te lo voy a decir tan sólo una vez y no lo repetiré… jamás… ¿De acuerdo? –Al tiempo que las palabras salían de mis labios, me hinqué con cuidado y tomé el dulce rostro de mi amado. Era tan bello, de piel tan suave… tan fría y cálida a la vez.- TE AMO… eres al único que de verdad he llegado a querer después de mi padre… por ti fui contra las reglas, después de ser la más admirada por mis compañeros, que si me vieran en estos instantes, les daría asco… y aún así no me importó ponerme en riesgo… Bill, yo te quiero mucho y tú lo sabes tanto como yo… jamás volveré a sentir algo igual, pero… desgraciadamente, no nos tenemos que volver a ver… jamás.
Esta última palabra nos hizo estremecer a los dos. Al parecer después de todo, Bill comprendió a qué me refería… bajó la mirada y apretó los puños.
Su mirada se topó con la mía, y entonces, me jaló de los cabellos y presionó sus labios contra los míos, logrando un sabor agridulce…


Ese beso era una tortura… todas nuestras emociones se unieron, estallaron juntas, logrando que mis lágrimas se desbordaran.
Rápidamente, Bill se desprendió de mi y se puso de pie, tomando aún mi mano…
-Te quiero, Angela, y no me gusta contradecirte… supongo que tienes razón… no insistiré más. –Bajó la mirada- prometo entonces no volverte a ver por más trabajo que me cueste… creo que tienes razón… no termino de estar convencido, pero si eso es lo que deseas… entonces me iré.
-Bill…
-Adiós, mi prohibida amante…
Bruscamente, soltó mi mano y me dejó caer sobre el duro tejado, se io la media vuelta y saltó al vacío…
Me tiré contra el suelo y lloré por última vez por este desgraciado amor… sentía que ardía por dentro, y estaba segura de que a pesar de la dureza de su carácter, no le fue fácil ceder, tan sólo fueron las palabras, quizás cumpla su promesa pero… le duele igual que a mí.
¿Qué otra cosa se podría hacer? Después de todo, un ángel y un demonio nunca podrían estar juntos…

FIN


- - - - - - - - - - - - - - - - - - - PRÓXIMA NOCHE - - - - - - - - - - - - - - - - - - -

Unos vagos versos en forma de Epilogo

1 comentario:

Anónimo dijo...

*o* lo amé!!!!
que hermosoooo! y triste... ;.;
me encantó ^^
aaaaaaaahhh!!! por fin viene Ink Angel!! XD
esperaré con ansias que comience
salu2
Kriss