¡Hola! No saben el gusto que me da saludarlas y encontrar sus comentarios.... y tambien descubrir (con lo poco observadora que soy) que hay nuevas seguidoras! Arigato a todas! Espero que les guste el capitulo.... disculpen si me demoré mucho, la escuela me tiene muy presionada.
P.D. Bien, Ameyalli.... tienes razón, casi no he tocado el lazo que hay entre Bill y Tom.... prometo reacomodar mis planes e introducir por ahí una pequeña explicación de lo que pasó entre ellos, ¿sale? Gracias por comentar....
Capitulo 16 Un pequeño detalle
-Si… últimamente me ha tratado muy mal –rió- bueno… en realidad tan sólo han sido roces y miradas feas, pero igual y eso cuenta como agresión, ¿no es así? –Preguntó alborotando su brillante cabello-
-Pues… no es muy directa… ¿a qué tipo de roces te refieres? –Pregunté bajándome la falda… de repente la sentía muy corta, hum…-
-A que a veces cuando voy caminando y me cruzo en su camino, me da un leve golpe en el hombro… me echa indirectas y me ve con… odio… -Al pronunciar ésta última palabra, se estremeció-
-Ya veo… no le hagas caso, él de por si es agresivo… deberías poner una queja con una autoridad mayor o algo así, pero no debes permitir que continúe molestándote…
-Eso es indiscutible, pero… mi pregunta es… ¿por qué?
Yo me quedé sin palabras… era lógica la respuesta… ¿Por qué otra razón Bill comenzaría a tratar mal a James? Obviamente porque ve competencia… se ve sustituido… incluso aunque esté seguro de sí mismo y sepa que jamás será 100% reemplazado… está celoso.
Al notar mi silencio, James formuló aquella pregunta tan difícil de responder…
-Bien, antes de que parta para vernos después de Navidad… quiero que me respondas una pregunta que me está atravesando…
-Dime… -alcé la mirada y esperé-
-¿Qué relación tienes o tuviste con Benjamin?
-Él… me arruinó completamente la vida con sus manos de seda… el me permitió sentir una pasión a carne viva a temprana edad, el me quitó tanto la moral como la pureza y… es como las drogas… una vez que ingresas, ya no puedes salir de allí… yo lo he intentado millones de veces y estoy por lograrlo, pero el no me lo permite, me tiene enredada en su telaraña… yo quiero zafarme de él, pero insiste e insiste e insiste… ¿de verdad crees que es maestro? ¡claro que no! Él ha venido siguiéndome y a decir verdad no se cómo lo hace… -Me recargué en mi mano y bajé la mirada-
-Ah… pues… escucha, Dianne –Me tomó del mentón y me hizo mirarlo a los ojos- ya no tienes por que huir mas de él… te prometo que yo te protegeré…
Y al fin había aparecido ese príncipe azul de cabello rubio que me protegiera del malvado brujo…
-¿En serio? Pero…
-¡Calla! Para la próxima me contarás mejor qué es lo que sucede, ¿vale? Y cuando te haga algo prometo defenderte… -Se puso de pie y se “proyectó”-
-Ay, James… te agradezco mucho… -me puse de pie y lo abracé-
-No es nada, Dianne… -Susurró mientras acariciaba mi cabello con cuidado- pero supongo que el autobús ya ha de estar esperando… me voy… ¿prometes estar bien?
-Si… lo prometo… -asentí con la cabeza y el besó mi frente- que te vaya bien, James… ¡ah, no, espera! –Le detuve- ¿Cuál es tu teléfono? ¿Me lo puedes pasar para que te llame en caso de que te necesite?
-Ah, claro, ¿te lo aprendes o lo apuntas?
-Eeeeeeeh ¡me lo aprendo!
- - - - - - - - - - - - -
Con las lágrimas en los ojos observaba aquella caja abierta… no comprendía por qué me ocurría esto, por qué precisamente a mí en ese preciso momento…
“Dianne… no te enojes conmigo, por favor, entiéndelo… se que haz esperado mucho esta fecha pero te he comprado un lindo vestido… lúcelo como nunca y prométeme que volverás a casa para Navidad, por favor…”
Mi padre me había dejado plantada… con un vestido, pero plantada.
De alguna forma me lo esperaba… ya tenía claro que lo había defraudado, que algo se había quebrado entre nosotros, pero… nunca creí que sería tan frío. Al parecer, fueron más impactantes los últimos 2 años que toda nuestra vida juntos.
Hice a un lado mis lágrimas y las cubrí con maquillaje, del más brillante, del más colorido y más falso que había en el estuche de Mila. Coloqué el atractivo vestido azul marino en su lugar y me recogí el cabello con una pinza brillante, la cual venía también en la caja.
Con perfume, zapatillas y un suetercito prestado, me di el último vistazo al espejo, y salí de mi habitación cruzando los dedos…
- - - - - - - -
Jamás había visto el salón de la escuela vecina… era tan amplio, tan pero tan grande que cabíamos ambas escuelas juntas y varios padres de familia.
El crepúsculo se colaba por la enorme ventana… los últimos rayos de sol iluminaban el lugar, dándole un brillo inigualable.
El suelo estaba muy limpio, brilloso, tanto que daba miedo caerse o resbalarse. La música estaba en el volumen correcto y le daba toques de elegancia y romanticismo.
Era el baile perfecto.
-Dianne… debiste decirme que el baile era de gala… me siento como un naco portando unos jeans…
-No te preocupes, Tom, nadie lo va anotar…
-¿Qué nadie lo va a notar? ¡Pero claro que lo van a notar! Me van a juzgar como nunca en la vida, van a decir que soy un patán, un desarreglado y lo peor de todo es que a ti también te van a decir de cosas por venir conmigo…
-Pues… ¡no me importa el opinión de los demás! –Pronuncié sentándome a su lado en una de las enormes y arregladas mesas-
-Uff, qué fuerte… -rió-
-Sí, supongo… ¿y cómo haz estado? ¿a dónde haz ido? ¿qué haz hecho? ¿ya tienes novia o sigues en espera?
-Wow, muchas preguntas… -Hizo un gesto y se puso a pensar- hum… no he hecho gran cosa en este tiempo, supongo que mi novia me ha robado la inspiración…
Una de las palabras de esa frase resonó en mi cabeza una y otra vez… “novia”… ¿por qué me mareaba tanto esa palabra si Tom no era nada mío? Quizás eran los celos de que el era buen novio…
-¿Ah… ah si? Qué mal que no te deje hacer gran cosa, pero… que bien por ti que tienes a alguien que te acompañe… es… muy bonito…
-¿Y tú? Por acá veo a muchos galanes de cabello hacia atrás… ¿no andas con ninguno?
-Pues… no, con nadie… sólo tengo un amigo llamado James pero… por asuntos de su familia no pudo estar hoy presente…
-Ya veo… ¿y cómo vas en tus estudios?
-Bien, supongo… no son las mejores notas, pero tampoco son las peores…
-Oye… ¿no se te antoja bailar?
-Bueno, aun que los acabamos de sentar, ¿no lo crees?
-Sí, pero vengo eufórico hay que hacer algo…
-Ay, está bien… vamos a bailar…
Tomé su mano y ambos salimos a la pista de baile… poco a poco nos colamos entre las demás parejas y nos situamos en el centro.
Comenzamos a bailar. Muy juntitos, muy pegados mientras sentíamos la música… era lenta, suave, y a pesar de esto, recordé aquel día en la disco… esa en la que todo se arruinó, por la que me remuerde la conciencia al estar con Tom.
Al tiempo que bailábamos, a lo lejos vi una sombra que se acercaba poco a poco… no lo podía creer.
Aquel muchacho tan alto, delgado y oscuro venía más elegante que nunca, mas seguro e imponente.
Conforme mis reflejos me lo indicaron, bajé la mirada lo más rápido que pude y me escudé en el pecho de Tom. Al parecer Bill me andaba buscando…
-Tom… hay algo que olvidé decirte… es un muy pequeño detalle –susurré-
-¿Qué es?
-Hay un ligero problema dentro de este baile…
-Oh, vamos, ¿qué puede ser peor que mi vestimenta? –Preguntó riendo-
-Bueno… digamos que… -Mis palabras fueron interrumpidas por otra voz justo a nuestro lado-
-Oh, buenas tardes Tom, me mucho gusto verte… ¿me permitirías bailar con Dianne por favor?
Pasó lo que temía.
Bill se encontraba extendiéndome su amable y pálida mano, mientras desprendía el más rico de los olores que pueda contener un frasco de colonia…
continuara....
sábado, 26 de noviembre de 2011
martes, 15 de noviembre de 2011
Capitulo 15 Nocturno a Rosario
¡Hallo! Ay estoy tan feliz tan feliz! De verdad estoy muy contenta con sus comentarios... si, me di cuenta de que estabas ausente Maria, pero bueno! Bienvenida de nuevo ;3 etto...... he notado que no les gustaría que Bill fuera bueno..... hum..... pues asi de que se va avolver 100% bueno... no! Le va acostar mucho trabajo controlar sus impulsos y recuperar a Dianne pero... ¡lo va a lograr! De una manera no muy ortodoxa, pero bueno xDDDD espero que les guste este capitulo... ojalá no se les haga cursi, bobo o algo por el estilo.... cuidense mucho, aliens... Sayonara! :D
P.D. Por supuesto que te invocaré, Adrianne.... ten por seguro que estaras presente en Requiem, ¿vale?
P.D.2. Ah! Por cierto.... como podrán notar, bueno, este fic se divide en etapas... son 4 y ya vamos por la 3.... ya pasamos la 1 (negra), la 2 (cafe) y ahora vamos por la azul! Espero que les guste la nueva imagen del blog :)
Capitulo 15 Nocturno a Rosario
El 1 de diciembre había llegado.
Jamás había pasado tanto frío en mi vida… jamás me había congelado teniendo incluso encima 2 chamarras.
A pesar de que algunos días tan sólo estaba nublado, la gran mayoría de ellos se encontraban casi al punto de nevar. El invierno sería crudo…
Aquella tarde nos habían encargado en literatura un trabajo el cual implicaba leer bastante, por lo que Mila y yo fuimos a biblioteca, donde nos sentamos en una gran mesa con una pila larga de libros a un lado.
Me dolía la cabeza… ver tanta letra y tan pequeña simplemente me mareaba, pero aun así necesitaba poner atención… el trabajo era importante.
La puerta la biblioteca se abrió de golpe e impetuosos pasos en la madera se escuchaban cada vez más cerca…
Escuché el murmullo y asombro de varias compañeras presentes, sin embargo, ni siquiera me interesó ver el porqué del escándalo, me había tomado muy en serio eso de no distraerme.
Aquellos pasos de madera cesaron de sonar y se aterrizaron justo a un lado mío… entonces si alcé la mirada.
Bill, arreglado como “maestro” se inclinó en frente de mí y me miró fijamente a los ojos.
No comprendía que quería hacer, pero estaba tomando valor y pensando bien sus palabras… finalmente, en un hilo de voz comenzaron a brotar las frases de sus labios:
-¡Pues bien! –titubeó- yo necesito decirte que te adoro… decirte que te quiero con todo el corazón; que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo tanto al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión…
Me estaba recitando un poema… eso me quedaba más que claro. Al principio lo hizo lento y despacio, sintiendo en su lengua cada palabra que me dedicaba, pero conforme iba avanzando el poema, Bill se puso de pie e irrespetuosamente se paró sobre la mesa, llamando la atención de todos aquellos presentes.
-Yo quiero que tu sepas, que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que están mis noches negras, tan negras y sombrías, que ya no sé ni dónde se alzaba el porvenir…
Su voz se comenzó a elevar, a hacerse más gruesa y seductora, mientras hacía ademanes tan perfectos que… no podía quitarle la vista de encima…
- De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada, las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi alma a aparecer…
Su tono era muy dolido… suplicante, y la luz del gran vitral gótico de la biblioteca lo alumbraba, como si una fuerza divina lo estuviera ayudando en ese instante… se veía simplemente… perfecto, sin un error en su expresión, se veía hermoso, inmortal…
- Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te quiero mucho más…
-Bill… -musité con los ojos llenos de lágrimas… sintiendo una gran emoción en mi corazón…-
Él se puso de rodillas sobre la mesa y tomó mis manos, esperanzado… acariciando levemente mis sienes, cuando una voz femenina de mando se hizo notar:
-¡Señor Black! –El reaccionó violentamente- ¿Pero qué está usted haciendo? –Aquella voz me despertó de mi letargo y entonces solté sus manos y me hice a un lado, rechazándolo una vez más-
-Ah, yo… -Sus mejillas se ruborizaron a más no poder y se bajó de un brinco de su “pedestal” para dar una (de seguro) estúpida explicación-
La maestra le llamó la atención como si de un alumno se tratara… y es que su terquedad de verdad lo hacía lucir como un niño, no como el adulto criminal que era… yo preferí bajar la mirada y continuar con mi libro, mientras escuchaba la burla y la pena ajena…
- - - - - - - - - - - -
Ese mismo día, conseguí la sagrada autorización de hacer una llamada telefónica… debía hablar con mi padre.
El baile se acercaba… ¡si! Y ya había hablado con James al respecto… el no iba a estar presente, estaba pasando por una mala época. Su abuelo, su único familiar cercano se encontraba muy enfermo, así que tuvo que partir antes de tiempo a su hogar…
La festividad sería el 22 de diciembre… día estratégicamente planeado, para que los padres llevaran a sus hijas e hijos a pasar la navidad juntos…
El plan era que mi padre viniera por mí y pasara una nueva navidad con una nueva familia… genial, ¿no? No… la verdad la idea apestaba.
Marqué con el pulso temblando el número de mi casa y llevé el teléfono a mi oído.
-Diga… -Respondió una mujer…-
-Si, buenas tardes… disculpe que la moleste, ¿se encontrará de casualidad… Aaron Gray? –Pregunté con voz seca-
-Claro, ¿de parte de quién?
-De Dianne… -Afirmé-
-Tú… ¿tu eres Dianne? ¿Su hija? –Preguntó con la emoción en su voz-
-Ah, si, señora… y supongo que usted es… Isabel, ¿no es así? –Pregunté cortésmente-
-Si, hija, yo soy Isabel… me da gusto hablar contigo, espero y nos conozcamos pronto, querida… ahora te paso a tu papá, permíteme… ciao… -¿Ciao? ¿Quién se despide en Italiano, por favor?-
Esperé un momento en silencio e incluso tuve que escuchar algunos arrumacos para que por fin mi padre se dignara a contestar el teléfono.
-¿Dianne? –Preguntó alegre-
-Sí, papá… habla Dianne…
-¡¿Cómo estás, hija?! –Preguntó exaltado-
-Bien, pasando un poco de frío, pero bien… de hecho te hablaba para comentarte sobre lo del baile…
-¿Ah, si! Ya se aproxima, ¿verdad? Ya te compré tu vestido… ¿te parece si te lo envío?
-Ah, si, pá… el baile comienza a las 5:00 y termina como a las 11:00… ¿nos iremos a esa hora?
-Es lo más probable… entonces así quedamos, ¿vale? Tengo varias cosas que hacer… hablamos luego hijita, hasta luego…
-Hasta luego, papá… nos vemos…
-Bye
Ambos colgamos simultáneamente y… me sentí sorprendida de lo cortas que fueron las palabras que crucé con él… siempre me extendía y hablaba de todo lo que me ocurría en el día o la semana… narraba mis emociones, sentimientos y anécdotas con alegría y confianza, pero… al parecer nuestro lazo se está quebrando…
De un suspiro frío me puse a pensar: “¿Qué es un baile sin pareja?” Si James no iba a estar presente y pues… Bill… (al cual ni siquiera debería mencionar) es un maestro… ¿con quién se supone que voy a estar?
Por eso, de manera estratégica, decidí afinar mi voz y hacer una llamada extra más…
-¿Bueno? –Una voz varonil atendió al teléfono-
-¡Thomas! –Exclamé entusiasmada-
-¿Dianne? ¿Eres tú?
-¡Si! ¡Soy yo!
-¡Qué milagro escucharte! ¿Cómo estás? ¿De dónde me hablas? ¿A qué se debe esta sorpresa?
-Ah pues se debe a que te voy a invitar al baile navideño de mi escuela… pero bueno, ¿Cómo estás?
-Muy bien… asombrado de escuchar tu voz… ¿qué dices del baile? ¿en dónde es o qué?
-Bueno es aquí en mi escuela… a las afueras de Schkeuditz… a donde haz enviado las cartas, ya sabes…
-Ah, si, ya se… ¿cuándo es exactamente?
-El 22 de diciembre… ¿puedes o no?
-¿Pero claro que puedo! Pero… ¿a qué hora?
Tom continuó haciéndome interrogatorios… “¿Cómo debo ir vestido?” “¿por qué me invitaste?” “¿No me van a ver raro?” “¿No te regañan?” “¿Quién mas va a estar contigo?” y muchas preguntas más… pero finalmente, aceptó… hasta el día del baile…
continuara......
P.D. Por supuesto que te invocaré, Adrianne.... ten por seguro que estaras presente en Requiem, ¿vale?
P.D.2. Ah! Por cierto.... como podrán notar, bueno, este fic se divide en etapas... son 4 y ya vamos por la 3.... ya pasamos la 1 (negra), la 2 (cafe) y ahora vamos por la azul! Espero que les guste la nueva imagen del blog :)
Capitulo 15 Nocturno a Rosario
El 1 de diciembre había llegado.
Jamás había pasado tanto frío en mi vida… jamás me había congelado teniendo incluso encima 2 chamarras.
A pesar de que algunos días tan sólo estaba nublado, la gran mayoría de ellos se encontraban casi al punto de nevar. El invierno sería crudo…
Aquella tarde nos habían encargado en literatura un trabajo el cual implicaba leer bastante, por lo que Mila y yo fuimos a biblioteca, donde nos sentamos en una gran mesa con una pila larga de libros a un lado.
Me dolía la cabeza… ver tanta letra y tan pequeña simplemente me mareaba, pero aun así necesitaba poner atención… el trabajo era importante.
La puerta la biblioteca se abrió de golpe e impetuosos pasos en la madera se escuchaban cada vez más cerca…
Escuché el murmullo y asombro de varias compañeras presentes, sin embargo, ni siquiera me interesó ver el porqué del escándalo, me había tomado muy en serio eso de no distraerme.
Aquellos pasos de madera cesaron de sonar y se aterrizaron justo a un lado mío… entonces si alcé la mirada.
Bill, arreglado como “maestro” se inclinó en frente de mí y me miró fijamente a los ojos.
No comprendía que quería hacer, pero estaba tomando valor y pensando bien sus palabras… finalmente, en un hilo de voz comenzaron a brotar las frases de sus labios:
-¡Pues bien! –titubeó- yo necesito decirte que te adoro… decirte que te quiero con todo el corazón; que es mucho lo que sufro, que es mucho lo que lloro, que ya no puedo tanto al grito que te imploro, te imploro y te hablo en nombre de mi última ilusión…
Me estaba recitando un poema… eso me quedaba más que claro. Al principio lo hizo lento y despacio, sintiendo en su lengua cada palabra que me dedicaba, pero conforme iba avanzando el poema, Bill se puso de pie e irrespetuosamente se paró sobre la mesa, llamando la atención de todos aquellos presentes.
-Yo quiero que tu sepas, que ya hace muchos días estoy enfermo y pálido
de tanto no dormir; que ya se han muerto todas las esperanzas mías, que están mis noches negras, tan negras y sombrías, que ya no sé ni dónde se alzaba el porvenir…
Su voz se comenzó a elevar, a hacerse más gruesa y seductora, mientras hacía ademanes tan perfectos que… no podía quitarle la vista de encima…
- De noche, cuando pongo mis sienes en la almohada y hacia otro mundo quiero mi espíritu volver, camino mucho, mucho, y al fin de la jornada, las formas de mi madre se pierden en la nada y tú de nuevo vuelves en mi alma a aparecer…
Su tono era muy dolido… suplicante, y la luz del gran vitral gótico de la biblioteca lo alumbraba, como si una fuerza divina lo estuviera ayudando en ese instante… se veía simplemente… perfecto, sin un error en su expresión, se veía hermoso, inmortal…
- Comprendo que tus besos jamás han de ser míos, comprendo que en tus ojos no me he de ver jamás, y te amo y en mis locos y ardientes desvaríos
bendigo tus desdenes, adoro tus desvíos, y en vez de amarte menos te quiero mucho más…
-Bill… -musité con los ojos llenos de lágrimas… sintiendo una gran emoción en mi corazón…-
Él se puso de rodillas sobre la mesa y tomó mis manos, esperanzado… acariciando levemente mis sienes, cuando una voz femenina de mando se hizo notar:
-¡Señor Black! –El reaccionó violentamente- ¿Pero qué está usted haciendo? –Aquella voz me despertó de mi letargo y entonces solté sus manos y me hice a un lado, rechazándolo una vez más-
-Ah, yo… -Sus mejillas se ruborizaron a más no poder y se bajó de un brinco de su “pedestal” para dar una (de seguro) estúpida explicación-
La maestra le llamó la atención como si de un alumno se tratara… y es que su terquedad de verdad lo hacía lucir como un niño, no como el adulto criminal que era… yo preferí bajar la mirada y continuar con mi libro, mientras escuchaba la burla y la pena ajena…
- - - - - - - - - - - -
Ese mismo día, conseguí la sagrada autorización de hacer una llamada telefónica… debía hablar con mi padre.
El baile se acercaba… ¡si! Y ya había hablado con James al respecto… el no iba a estar presente, estaba pasando por una mala época. Su abuelo, su único familiar cercano se encontraba muy enfermo, así que tuvo que partir antes de tiempo a su hogar…
La festividad sería el 22 de diciembre… día estratégicamente planeado, para que los padres llevaran a sus hijas e hijos a pasar la navidad juntos…
El plan era que mi padre viniera por mí y pasara una nueva navidad con una nueva familia… genial, ¿no? No… la verdad la idea apestaba.
Marqué con el pulso temblando el número de mi casa y llevé el teléfono a mi oído.
-Diga… -Respondió una mujer…-
-Si, buenas tardes… disculpe que la moleste, ¿se encontrará de casualidad… Aaron Gray? –Pregunté con voz seca-
-Claro, ¿de parte de quién?
-De Dianne… -Afirmé-
-Tú… ¿tu eres Dianne? ¿Su hija? –Preguntó con la emoción en su voz-
-Ah, si, señora… y supongo que usted es… Isabel, ¿no es así? –Pregunté cortésmente-
-Si, hija, yo soy Isabel… me da gusto hablar contigo, espero y nos conozcamos pronto, querida… ahora te paso a tu papá, permíteme… ciao… -¿Ciao? ¿Quién se despide en Italiano, por favor?-
Esperé un momento en silencio e incluso tuve que escuchar algunos arrumacos para que por fin mi padre se dignara a contestar el teléfono.
-¿Dianne? –Preguntó alegre-
-Sí, papá… habla Dianne…
-¡¿Cómo estás, hija?! –Preguntó exaltado-
-Bien, pasando un poco de frío, pero bien… de hecho te hablaba para comentarte sobre lo del baile…
-¿Ah, si! Ya se aproxima, ¿verdad? Ya te compré tu vestido… ¿te parece si te lo envío?
-Ah, si, pá… el baile comienza a las 5:00 y termina como a las 11:00… ¿nos iremos a esa hora?
-Es lo más probable… entonces así quedamos, ¿vale? Tengo varias cosas que hacer… hablamos luego hijita, hasta luego…
-Hasta luego, papá… nos vemos…
-Bye
Ambos colgamos simultáneamente y… me sentí sorprendida de lo cortas que fueron las palabras que crucé con él… siempre me extendía y hablaba de todo lo que me ocurría en el día o la semana… narraba mis emociones, sentimientos y anécdotas con alegría y confianza, pero… al parecer nuestro lazo se está quebrando…
De un suspiro frío me puse a pensar: “¿Qué es un baile sin pareja?” Si James no iba a estar presente y pues… Bill… (al cual ni siquiera debería mencionar) es un maestro… ¿con quién se supone que voy a estar?
Por eso, de manera estratégica, decidí afinar mi voz y hacer una llamada extra más…
-¿Bueno? –Una voz varonil atendió al teléfono-
-¡Thomas! –Exclamé entusiasmada-
-¿Dianne? ¿Eres tú?
-¡Si! ¡Soy yo!
-¡Qué milagro escucharte! ¿Cómo estás? ¿De dónde me hablas? ¿A qué se debe esta sorpresa?
-Ah pues se debe a que te voy a invitar al baile navideño de mi escuela… pero bueno, ¿Cómo estás?
-Muy bien… asombrado de escuchar tu voz… ¿qué dices del baile? ¿en dónde es o qué?
-Bueno es aquí en mi escuela… a las afueras de Schkeuditz… a donde haz enviado las cartas, ya sabes…
-Ah, si, ya se… ¿cuándo es exactamente?
-El 22 de diciembre… ¿puedes o no?
-¿Pero claro que puedo! Pero… ¿a qué hora?
Tom continuó haciéndome interrogatorios… “¿Cómo debo ir vestido?” “¿por qué me invitaste?” “¿No me van a ver raro?” “¿No te regañan?” “¿Quién mas va a estar contigo?” y muchas preguntas más… pero finalmente, aceptó… hasta el día del baile…
continuara......
lunes, 7 de noviembre de 2011
Capitulo 14 El ángel caído
¡Hola! Milagros se repota con un nuevo capitulo del angel de tinta! Espero que les guste.... agradezco mucho los comentarios y a las aliens que todavía me siguien.... mil gracias! Este capitulo fue bastante entretenido de escribir... esta corto, pero aseguro que este capitulo es fundamental, de los más importantes en la historia.... por eso no me alargo mas y que comience la funcion!
Capitulo 14 El ángel caído
Logró lo que quería. Sus palabras me hicieron estremecer hasta lo más profundo de mi persona… fue como un temblor interno, como un huracán que arrasaba con mis emociones… en cualquier momento mi corazón se derrumbaría y causaría horrido estruendo.
“¿Que qué es el amor para mí? No es algo sencillo de explicar… es el sentimiento más fuerte que existe… es algo así como la contaminación, como un pecado… una vez que caíste en el, ya no lo puedes borrar, es irreversible… aun que lo intentes tapar con falsas acciones y una máscara de fuerza… ¡ni tú mismo te la crees! No hay que ser absurdos y hacer nuestros sentimientos a un lado… el amor hay que sentirlo… solo se vive una vez…”
Nadie le había pedido su opinión… bueno, si… la maestra le concedió la palabra, pero… aun así no tenía por qué meterse.
Esa sin duda había sido una indirecta muy directa, pero… aquel orgullo que portaba en mi pecho me hizo fingir que no lo había notado y que opinaba lo mismo que mis compañeras… ¡qué amable, intenso y poético eraBill Benjamin Black!
¿Qué don no contenía esa hermosa criatura? ¡Ah! Por cierto… ¡también dentro de su “perfección” era muy sarcástico! Si solo se vive una vez… ¿Por qué quitarle la vida a alguien más?
Dentro de mi ser la hiel se regaba cada vez más… me molestaba su voz, me molestaba su rostro, me molestaba su presencia y su maldita insistencia…
¿Y por qué te preocupa?
Porque todavía me importa.
¡Sí! ¡Aún me importa! ¡Aún me hiere su carácter! Y me siento completamente impotente ante resistirme a mirarlo… a recordar su dulce aroma…
Bill´s POV (Point of view)
No terminaba de entender bien lo que ocurría… por más que reflexionaba, por más que me detenía a observar cada detalle, cada signo de puntuación… no encontraba mucho sentido…
Dianne estaba rabiosa y molesta… incluso creo que esta vez si me odia.
Desde aquella noche en que me hizo derramar lágrimas… nada ha vuelto a ser igual.
Cuando nos conocimos, ella no sabía de mi doble personalidad… creía que yo era su héroe, su salvación, cuando en realidad era todo lo contrario…
Pero después del primer quebrantamiento, cuando nos reencontramos… aun que la había herido hasta lo más profundo de sus entrañas, ella me correspondió… lo que me hizo amarla y valorarla más de lo que ya lo hacía… me hizo necesitarla, adorarla, hacerla parte de mi dieta cotidiana… y a decir verdad, me estoy muriendo de hambre…
Desde hace meses que no logro darle un beso, una caricia… sin que sea a la fuerza.
Y ahora al fin, me encuentro en la penumbra de la larga y oscura noche reflexionando el porqué de mi miseria…
Tal parece que su rencor ahora si va en serio… pero… ¿fue por la muerte de aquella mujer? ¿De verdad aquel acto fue tan abominable?
Con la cabeza hacia abajo y los cabellos cayendo en mi rostro me hundía lentamente en la cama pensando… “¿De verdad soy una bestia?”
De pronto, de la nada, escuché un grito de terror muy agudo de una mujer llorando…
“¡NO! No lo hagas por favor, Bill… no, no, NOOOOOOOOOOOOOOO!”
De un brinco me caí de la cama y me sobé la cabeza horrorizado… crimen número 8, Lidia, rubia, torturada, descuartizada… mi única amiga.
Sin que lo deseara, las lágrimas se escurrieron por mis mejillas… ¿Qué mierda estaba haciendo?
Imágenes de una pelinegra sin ojos recostada en una bañera llegaron en forma de flash a mi mente…
Choqué contra la pared… estaba asustado, atemorizado, sudor frío recorría mi cuello, mientras más imágenes de muchachas lindas e incluso inocentes me torturaban recordándome el mal que les había hecho a ellas y a sus familias…
Busqué rápidamente el interruptor de la luz, y ya con la habitación alumbrada, caí sentado al piso… por fin despierto…
El sentimiento que me hacía desbordar las lágrimas era similar al que había sentido aquella noche con Dianne… arrepentimiento.
¿Qué me sucedía? ¿Por qué de repente tanta debilidad? ¿Por qué así de la nada me sentía tan mal?
¿Y si… alguna de esas muchachas me quería? Y yo… yo… terminé con ella así de rápida y fríamente… entonces… ¿soy malo?
¡Pero si yo soy un ángel! ¡El ángel de tinta! ¡Ink Angel! ¿Recuerdas? Soy el protagonista de esta historia y… y… ¡Soy el héroe! No el villano… ¿por qué estoy siendo tan torturado?
Dianne… mi Dianne… necesito abrazarla, necesito su consuelo… necesito su noble mano acariciando mi cabello y pronunciando las hermosas palabras que más deseaba escuchar en ese momento… “todo estará bien…”.
Pero no.
Me encontraba solo como un perro tirado en el suelo… pero… ¿y si de verdad me lo merecía? Esa terrible migraña me estaba sirviendo para que todo tuviera coherencia…
Me puse de pie y caminé directo al espejo, colocándome frente a el en posición retadora… la que siempre mostraba al mundo.
Me miré a los ojos y analicé cada parte de aquel espectro llamado reflejo.
Hice un gesto de disgusto arrugando la nariz y nuevamente me miré con serenidad… era tan feo… tan desagradable… era como ver a un monstruo de ojos huecos… en la cara se reflejaban mis crímenes.
Me odiaba, me aborrecía… tenía incluso ganas de arrancarme los cabellos…
Frente al espejo comencé a tocarme, a sentirme, a reconocerme… estaba atrapado un disfraz de porcelana, siendo en realidad un demonio hecho de porquería…
Era un ángel, un ángel caído… Ink Fallen Angel… Ink Fall Angel…
Ya no pude resistirlo más… con toda la fuerza y odio concentrados en mi interior, estrellé mi puño contra el espejo, destruyendo mi imagen, salpicando por todos lados los cristales…
Gemí de dolor. De nueva cuenta veía sangre escurriéndose por el piso, cayendo gota por gota, esta vez de mi mano.
La herida se había abierto, mientras observaba en los cristales del suelo mi rostro en llanto, destrozado, acabado…
Las rodillas se me doblaron y caí bruscamente de nuevo a la madera, perdiendo la conciencia tras tanto impacto…
- - - - - - - - - - - -
A la mañana siguiente, desperté poco a poco… un gran charco de sangre seca se encontraba regado debajo de mi, dolía la cabeza, me sentía débil y tenía mal aliento, sin contar los labios partidos…
Me puse con cuidado de pie y busqué la forma de limpiar todo ese desastre… tanto la sangre como los cristales…
Recordé la crisis que había tenido la noche anterior y algo se movió en mi interior…
Si quería combatir el remordimiento… debía… hacer buenas acciones, ¿no? Eso es lo que hace la gente normal… portarse bien, ser generoso, amable, gentil, pero sin fingirlo.
Me curé la herida y la cubrí con una venda. Me lavé los dientes, la cara y me arreglé para iniciar un nuevo día… un día de noviembre…
Abrí las cortinas y sonreí al nuevo sol.
Quería recuperar a mi amada y cambiar mi antecedente criminal… mi propuesta era ser alguien distinto, aun que estaba seguro de que costaría trabajo… ¡Debía lograrlo!
continuara....
Capitulo 14 El ángel caído
Logró lo que quería. Sus palabras me hicieron estremecer hasta lo más profundo de mi persona… fue como un temblor interno, como un huracán que arrasaba con mis emociones… en cualquier momento mi corazón se derrumbaría y causaría horrido estruendo.
“¿Que qué es el amor para mí? No es algo sencillo de explicar… es el sentimiento más fuerte que existe… es algo así como la contaminación, como un pecado… una vez que caíste en el, ya no lo puedes borrar, es irreversible… aun que lo intentes tapar con falsas acciones y una máscara de fuerza… ¡ni tú mismo te la crees! No hay que ser absurdos y hacer nuestros sentimientos a un lado… el amor hay que sentirlo… solo se vive una vez…”
Nadie le había pedido su opinión… bueno, si… la maestra le concedió la palabra, pero… aun así no tenía por qué meterse.
Esa sin duda había sido una indirecta muy directa, pero… aquel orgullo que portaba en mi pecho me hizo fingir que no lo había notado y que opinaba lo mismo que mis compañeras… ¡qué amable, intenso y poético era
¿Qué don no contenía esa hermosa criatura? ¡Ah! Por cierto… ¡también dentro de su “perfección” era muy sarcástico! Si solo se vive una vez… ¿Por qué quitarle la vida a alguien más?
Dentro de mi ser la hiel se regaba cada vez más… me molestaba su voz, me molestaba su rostro, me molestaba su presencia y su maldita insistencia…
¿Y por qué te preocupa?
Porque todavía me importa.
¡Sí! ¡Aún me importa! ¡Aún me hiere su carácter! Y me siento completamente impotente ante resistirme a mirarlo… a recordar su dulce aroma…
Bill´s POV (Point of view)
No terminaba de entender bien lo que ocurría… por más que reflexionaba, por más que me detenía a observar cada detalle, cada signo de puntuación… no encontraba mucho sentido…
Dianne estaba rabiosa y molesta… incluso creo que esta vez si me odia.
Desde aquella noche en que me hizo derramar lágrimas… nada ha vuelto a ser igual.
Cuando nos conocimos, ella no sabía de mi doble personalidad… creía que yo era su héroe, su salvación, cuando en realidad era todo lo contrario…
Pero después del primer quebrantamiento, cuando nos reencontramos… aun que la había herido hasta lo más profundo de sus entrañas, ella me correspondió… lo que me hizo amarla y valorarla más de lo que ya lo hacía… me hizo necesitarla, adorarla, hacerla parte de mi dieta cotidiana… y a decir verdad, me estoy muriendo de hambre…
Desde hace meses que no logro darle un beso, una caricia… sin que sea a la fuerza.
Y ahora al fin, me encuentro en la penumbra de la larga y oscura noche reflexionando el porqué de mi miseria…
Tal parece que su rencor ahora si va en serio… pero… ¿fue por la muerte de aquella mujer? ¿De verdad aquel acto fue tan abominable?
Con la cabeza hacia abajo y los cabellos cayendo en mi rostro me hundía lentamente en la cama pensando… “¿De verdad soy una bestia?”
De pronto, de la nada, escuché un grito de terror muy agudo de una mujer llorando…
“¡NO! No lo hagas por favor, Bill… no, no, NOOOOOOOOOOOOOOO!”
De un brinco me caí de la cama y me sobé la cabeza horrorizado… crimen número 8, Lidia, rubia, torturada, descuartizada… mi única amiga.
Sin que lo deseara, las lágrimas se escurrieron por mis mejillas… ¿Qué mierda estaba haciendo?
Imágenes de una pelinegra sin ojos recostada en una bañera llegaron en forma de flash a mi mente…
Choqué contra la pared… estaba asustado, atemorizado, sudor frío recorría mi cuello, mientras más imágenes de muchachas lindas e incluso inocentes me torturaban recordándome el mal que les había hecho a ellas y a sus familias…
Busqué rápidamente el interruptor de la luz, y ya con la habitación alumbrada, caí sentado al piso… por fin despierto…
El sentimiento que me hacía desbordar las lágrimas era similar al que había sentido aquella noche con Dianne… arrepentimiento.
¿Qué me sucedía? ¿Por qué de repente tanta debilidad? ¿Por qué así de la nada me sentía tan mal?
¿Y si… alguna de esas muchachas me quería? Y yo… yo… terminé con ella así de rápida y fríamente… entonces… ¿soy malo?
¡Pero si yo soy un ángel! ¡El ángel de tinta! ¡Ink Angel! ¿Recuerdas? Soy el protagonista de esta historia y… y… ¡Soy el héroe! No el villano… ¿por qué estoy siendo tan torturado?
Dianne… mi Dianne… necesito abrazarla, necesito su consuelo… necesito su noble mano acariciando mi cabello y pronunciando las hermosas palabras que más deseaba escuchar en ese momento… “todo estará bien…”.
Pero no.
Me encontraba solo como un perro tirado en el suelo… pero… ¿y si de verdad me lo merecía? Esa terrible migraña me estaba sirviendo para que todo tuviera coherencia…
Me puse de pie y caminé directo al espejo, colocándome frente a el en posición retadora… la que siempre mostraba al mundo.
Me miré a los ojos y analicé cada parte de aquel espectro llamado reflejo.
Hice un gesto de disgusto arrugando la nariz y nuevamente me miré con serenidad… era tan feo… tan desagradable… era como ver a un monstruo de ojos huecos… en la cara se reflejaban mis crímenes.
Me odiaba, me aborrecía… tenía incluso ganas de arrancarme los cabellos…
Frente al espejo comencé a tocarme, a sentirme, a reconocerme… estaba atrapado un disfraz de porcelana, siendo en realidad un demonio hecho de porquería…
Era un ángel, un ángel caído… Ink Fallen Angel… Ink Fall Angel…
Ya no pude resistirlo más… con toda la fuerza y odio concentrados en mi interior, estrellé mi puño contra el espejo, destruyendo mi imagen, salpicando por todos lados los cristales…
Gemí de dolor. De nueva cuenta veía sangre escurriéndose por el piso, cayendo gota por gota, esta vez de mi mano.
La herida se había abierto, mientras observaba en los cristales del suelo mi rostro en llanto, destrozado, acabado…
Las rodillas se me doblaron y caí bruscamente de nuevo a la madera, perdiendo la conciencia tras tanto impacto…
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A la mañana siguiente, desperté poco a poco… un gran charco de sangre seca se encontraba regado debajo de mi, dolía la cabeza, me sentía débil y tenía mal aliento, sin contar los labios partidos…
Me puse con cuidado de pie y busqué la forma de limpiar todo ese desastre… tanto la sangre como los cristales…
Recordé la crisis que había tenido la noche anterior y algo se movió en mi interior…
Si quería combatir el remordimiento… debía… hacer buenas acciones, ¿no? Eso es lo que hace la gente normal… portarse bien, ser generoso, amable, gentil, pero sin fingirlo.
Me curé la herida y la cubrí con una venda. Me lavé los dientes, la cara y me arreglé para iniciar un nuevo día… un día de noviembre…
Abrí las cortinas y sonreí al nuevo sol.
Quería recuperar a mi amada y cambiar mi antecedente criminal… mi propuesta era ser alguien distinto, aun que estaba seguro de que costaría trabajo… ¡Debía lograrlo!
continuara....
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